Es hora. Desde los años 50 del siglo pasado a esta parte, en Argentina han germinado y crecido proyectos educativos transformadores, con diversas miradas pedagógicas, pero que tienen en común la búsqueda del bienestar integral de los y las que aprenden, trabajando en estrecha relación con su comunidad. Aunque no hayan inventado nada que no sepamos ya, su fortaleza reside en que han sido capaces de experimentar, evaluar y sostener en el tiempo sus prácticas transformadoras. Muchas veces, desafiando las trabas normativas, el desconocimiento generalizado, el miedo y la escasez de recursos.
De la relectura de la Gramática de la Fantasía, obra pedagógica capital de Gianni Rodari, el autor del artículo extrae algunos recursos para jugar con el lenguaje que se pueden utilizar para estimular la creatividad de los niños y niñas disfrutando. Cómo decía Rodari, “es más divertido, y por tanto, más útil”.
La capacidad de luchar en la vida depende de un desarrollo equilibrado de la agresividad. Acompañarla implica aceptarla y facilitar su simbolización y posterior integración en un contexto de reglas. Lo tenemos que ver formando parte de una totalidad más grande que incluya el instinto de apego. A pesar de que tiene una base biológica, la mente humana añade una gran complejidad. Podemos establecer unas fases diferenciadas en la forma en que se manifiesta la agresividad a lo largo de la evolución y en la forma de acompañarla.