Me lo contaron y lo olvidé,
lo vi y lo comprendí,
lo hice y lo aprendí.
Proverbio chino.
La propuesta de los talleres que ofrezco a los adolescentes de Heura quiere romper con la manera en qué yo recibí las Ciencias, es decir, desde una vertiente muy teórica y desconectada de la realidad y de la naturaleza que nos rodea. Creo cada vez más profundamente en el aprendizaje de las Ciencias a través de la vivencia.
Soy química de formación, ecologista de decisión y madre apasionada por una educación conectada a los propios intereses y a la vivencia como herramienta principal de aprendizaje. Todo esto me ha llevado a abandonar la investigación en una empresa farmacéutica para buscar un proyecto educativo donde sintiera que se cuidaban los procesos y ritmos de aprendizaje de mis hijos. Este es el cuarto curso del Eloi y Laia en el Roure y mi tercer año acompañando las Ciencias en Heura, que es el nombre que recibe la etapa de secundaria.
Para mí es toda una transformación que nace de mi sentir que la ciencia está en todas partes y que es a través de la observación y de la manipulación que el aprendizaje nos llega con más fuerza y deviene significativo.
La propuesta de los talleres que ofrezco a los adolescentes de Heura quiere
romper con la manera en qué yo recibí las Ciencias, es decir, desde una
vertiente muy teórica y desconectada de la realidad y de la naturaleza que nos
rodea. Creo cada vez más profundamente en el aprendizaje de las Ciencias a
través de la vivencia. Para mí es toda una transformación que nace de mi sentir
que la ciencia está en todas partes y que es a través de la observación y la
manipulación que el aprendizaje nos llega con más fuerza y deviene
significativo. Son muchos los autores y pedagogos que han escrito sobre el
aprendizaje a través de la práctica vivenciada y los últimos descubrimientos en
neurobiología también apoyan la importancia de la vivencia en el proceso de
aprendizaje.
A menudo me he sorprendido sintiendo la necesidad de explicar algunos conceptos para que pudieran comprender las propuestas y a veces incluso desconfiando de sus capacidades para resolver un problema sin ninguna guía. Ahora sé que estas dudas forman parte de mi propia mochila.
La experiencia desplegando talleres y propuestas en el Roure me ha mostrado que esta transformación no es fácil. A menudo me he sorprendido sintiendo la necesidad de explicar algunos conceptos para que pudieran comprender las propuestas y a veces incluso desconfiando de sus capacidades para resolver un problema sin ninguna guía. Ahora sé que estas dudas forman parte de mi propia mochila, de mi experiencia de infancia hacia el aprendizaje, totalmente vinculada a la dirección del adulto y totalmente desconectada de mis propios intereses. Así pues, me escucho, me dejo sentir e intento poner conciencia. Mi intención es relajar mis expectativas, poner una buena dosis de humildad y dedicar mucha atención a que el máximo de conceptos lleguen a través de propuestas vivenciales y de dinámicas divertidas y alentadoras.
Transformar el temario
Me lo paso pipa mirando de transformar el temario en propuestas diferentes y atrevidas, juegos, experimentos, investigaciones y problemas relacionados con una necesidad o interés del grupo o de algunos alumnos. Para entender los misterios de la materia, nos pondremos las gafas y la bata de laboratorio para hacer experimentos y reacciones que nos ayuden a interpretar las leyes de la Química. Y por qué no jugar a ser Mendeleyev y crear una tabla periódica propia para el espacio de Ciencias? Mientras tanto podemos indagar qué son las partículas subatómicas simulando modelos atómicos con plastilina de colores o jugar al memory aparejando el nombre de los elementos químicos con su símbolo. Y si hacemos un dibujo del cotidiano etiquetando todos los elementos químicos que están presentes? Sin darnos cuenta habremos entendido qué son los elementos químicos, cuáles son sus propiedades y cual es el sentido de ordenarlos en una tabla.
Observaremos las funciones vitales y jugaremos al Dixit con definiciones, veremos la absorción de las plantas tintando un clavel blanco con agua de color rojo, o cogeremos agua de una balsa y observaremos los protozoos en el microscopio.
Y para un taller de seres vivos, saldremos al bosque y buscaremos muestras y restos que clasificaremos después en los diferentes reinos. Observaremos las funciones vitales y jugaremos al Dixit con definiciones, veremos la absorción de las plantas tintando un clavel blanco con agua de color rojo, o cogeremos agua de una balsa y observaremos los protozoos en el microscopio. Y por qué no dedicar unas sesiones a las abejas que han hecho una colmena dentro de una estatua, ¿las podríamos traspasar a una caja para hacer miel? ¿Y como las cuidaremos, como viven y como se reproducen? Y para cuidar los pájaros pequeños que nos rodean en invierno les haremos cajas nido y comederos, construiremos un estanque y cuando se acerquen, aprovecharemos para pintarlos, observaremos los rasgos que los diferencian y aprenderemos a identificarlos.

Y si cultivamos un huerto y probamos de plantar guisantes para estudiar las leyes de Mendel? También podemos hacer un árbol genealógico intentando entender la herencia del color de los ojos.
También podemos diseñar y construir un pluviómetro, anotar datos meteorológicos y hacer cálculos estadísticos de la meteorología en el Roure durante 1 año.
En un taller de física podríamos medir la elongación de un muelle con diferentes pesos para comprobar la ley de Hooke o medir el tiempo que tardamos en recorrer una distancia para averiguar la velocidad a la que andamos o corremos. También podemos diseñar y construir un pluviómetro, anotar datos meteorológicos y hacer cálculos estadísticos de la meteorología en el Roure durante 1 año.
Y por lo que se refiere a las matemáticas, sin miedo, continuar apostando por la manipulación, puesto que a través de juegos de mesa y de materiales adecuados también se pueden asimilar todas las competencias básicas del ámbito matemático de secundaria.
Ideas creativas con las que ir alimentando su curiosidad infinita para que puedan adentrarse en el apasionante mundo de las ciencias y del pensamiento científico.
Y así, despacio, ir ofreciendo a los adolescentes experiencias vivenciales que vayan desplegando todos los ámbitos de la Ciencia. Ideas creativas con las que ir alimentando su curiosidad infinita para que puedan adentrarse en el apasionante mundo de las ciencias y del pensamiento científico. Solamente se trata de transmitir la pasión por las ciencias a través de propuestas que puedan cautivarles, el resto viene solo, puesto que el aprendizaje y el goce van de la mano.
Marta Carrascal es licenciada en Química, madre y actualmente acompañante de la etapa de secundaria de la escuela El Roure, de Sant Joan de Mediona.