Como en la película que ganó el Oscar, Argentina tiene una historia oficial de la educación que deja afuera todos los matices de las escuelas o proyectos que se diferenciaron parcial o radicalmente del sistema escolar tradicional. En la mayoría de los profesorados, estas experiencias se analizan como anécdotas del pasado y casi nunca como reflexiones para modificar o mejorar las prácticas del presente.

Yo, debo aclararles, soy una paracaidista en este tema. Aunque con un hijo de 13 educado fuera de la escuela y 8 años de investigación y gestión de un espacio educativo alternativo, siento que tengo encima un máster sin firma ni sello. Ahora que Vito está probando por primera vez la escuela y tengo más tiempo, edito el sitio de noticias Alteredu.com.ar para contar todo lo que he aprendido en estos años y de lo que todavía sigo siendo testigo. Se trata de un portal con información que no aparece en los grandes medios.

El primer registro claro de maestras o escuelas que han trastocado los usos y costumbres argentinos se refieren a las internacionalmente famosas hermanas Olga y Leticia Cossettini, que desde los años 30 revolucionaron la escuela estatal Carrasco en Rosario, la tercera ciudad en importancia del país. Pasaban mucho tiempo al aire libre, eliminaron el castigo, escuchaban la realidad de sus alumnos y alumnas, les dejaban dibujar libremente en sus cuadernos, entre otras cosas. En definitiva, crearon un clima escolar, como lo llaman hoy, memorable. Bien puesto está el apodo de la Escuela Serena.

Las Cossettini duraron lo suficiente como para dejar la huella de la escuela activa en el continente pero demasiado poco para poder contagiar a otras. Olga fue separada de su cargo durante el gobierno de Perón esgrimiéndose razones ideológicas y políticas, aunque recibió el apoyo de personalidades de la cultura de todo el mundo. Menos conocida es la historia del maestro Luis Iglesias, que trastocó el edificio escolar convirtiendo sus salas en museos participativos y así la vida rural de sus alumnos y alumnas en los años 40 y 50. Fue el referente local de la escuela rural unitaria.

Mucho menos o casi nada se sabe sobre las experiencias más recientes. Yo misma he comprobado, por ejemplo, que funcionarios de alto nivel y profesores de magisterio no conocen las Escuelas Experimentales que hoy dependen del Instituto Speroni. Surgidas en los años 60 a partir de un taller de artes que funcionaba en una casa en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, lograron reconocimiento oficial por decreto en los años 80 y hoy existen cerca de 40 en todo el país y reclaman una reglamentación más estable.                                                                        

Las Escuelas Experimentales que hoy dependen del Instituto Speroni, surgidas en los años 60 a partir de un taller de artes, lograron reconocimiento oficial por decreto en los años 80 y hoy existen cerca de 40 en todo el país.

Las Waldorf sí son las estrellas de la educación alternativa por estos lados: ya todo el mundo las conoce y, para la mayoría, cualquier cosa que no es tradicional es sinónimo de Waldorf. Empezaron y crecieron en la zona norte de las afueras de Buenos Aires, de la mano de grupos de familias amigas, algunas con ascendencia alemana. Son escuelas privadas con aporte mínimo sugerido y reconocimiento oficial del Estado que hoy siguen floreciendo en todas las provincias del país. Como las Experimentales, tienen ya su propio instituto de formación docente.

Las propuestas con orientación Reggio Emilia son pocas y suelen estar en barrios de clase media alta. Sus formaciones se hacen directamente en Italia y Barcelona a través de la Red Solare. También tienen un perfil de clase media alta las escuelas Montessori que, a diferencia del resto del mundo, acá son bastante recientes. La formación de la Asociación Montessori Internacional (AMI) llega sólo hasta los 6 años, aunque ya existen escuelas y proyectos capacitándose de forma autogestiva en algunas provincias.

Las escuelas libres, también conocidas como activas o democráticas, acá las ponemos en la misma bolsa, yo incluso las considero una forma de unschooling grupal. Sé que en muchos lugares se las diferencia, pero me atrevo a decir que las prácticas acá son muy similares. No deben llegar a la decena y muchas se inspiraron en la escuela viva que Ivana Jauregui fundó en la comunidad intencional de Piracanga, en Brasil. “El Pesta” de Ecuador también fue una referencia, aunque menor, junto con la psicomotricidad y las primeras experiencias que conocimos a través de Internet en Catalunya. Salvo La Cecilia, en Santa Fe, con inspiración en una escuela Krishnamurti y miembro de las redes anglosajona AERO y europea EUDEC, ninguna tiene reconocimiento legal. Por eso las clasifico como no-escuelas en mi sitio.

Las escuelas libre no deben llegar a la decena y muchas se inspiraron en la escuela viva que Ivana Jáuregui fundó en la comunidad intencional de Piracanga, en Brasil. “El Pesta” de Ecuador también fue una referencia, aunque menor.

El unschooling, que también inevitablemente relaciono con la escuela libre (aunque una vez un argentino en Málaga me haya corregido, ¡que de ninguna manera es lo mismo!), se mantiene como la alternativa más radical. El homescholing ha crecido más, en proporción, como se refleja en los grupos de padres que se consultan para certificar los estudios de sus hijos mediante escuelas extranjeras o el sistema de examen libre que sólo está disponible en algunas jurisdicciones.

Las experiencias de educación popular, hijas de la influencia continental de Paulo Freire, se reflejan en las Escuelas de Gestión Social, curiosamente reconocidas en la última Ley Nacional de Educación, pero con pobre reglamentación y financiación. Surgieron desde y para las comunidades con escasa inclusión social, incluidas las fábricas recuperadas por los trabajadores luego de la crisis económica y política del 2001, y el primer bachillerato para personas trans de la región.

Como en Argentina cada provincia tiene su propia ley de Educación, también han surgido casos únicos como las Escuelas Generativas en San Luis: una especie de sistema paralelo con autonomía pedagógica y la posibilidad de elegir sus propios maestros por fuera de la operatoria normal de concurso de cargos. Que surgió impulsado por el propio gobierno para superar el fracaso y el abandono escolar. Otro reservorio de alternativas podría estar en las comunidades rurales de pueblos originarios, aunque en algunas provincias fueron absorbidas por el Estado a través de lo que llama educación bilingüe, con maestros de lengua nativa pero con el formato clásico occidental. Al ser culturas eminentemente orales y en general despreciadas por el impulso educativo de Sarmiento, poco se ha conservado e investigado sobre sus prácticas de transmisión del conocimiento y la cultura.

Durante los últimos años la “innovación educativa” se coló en los discursos de los funcionarios y los medios masivos. Así, a las mesas argentinas llegó un “menú fusión” que incluye emprendedorismo, neurociencias, tecnología, franquicias empresarias,  aprendizaje por proyectos y disciplinas orientales. Los congresos organizados con estos temas tienen sus salas a tope.

Otro reservorio de alternativas podría estar en las comunidades rurales de pueblos originarios, aunque en algunas provincias fueron absorbidas por el Estado a través de lo que llama educación bilingüe, con el formato clásico occidental.

Y aunque este resumen muestra una diversidad que puede superar a otros países de la región, no está desprovista de una gran fragilidad, tanto de recursos materiales como de seguridad legal. Las redes que han ido tomando forma en  estos años aspiran a navegarla. El Encuentro Plural de Educaciones Posibles, la Red Cossettini, el Encuentro de Nuestra América, la Red de Educación Transformadora y la CONANE son ejemplos de trabajo común para superar el aislamiento en nuestra América del Sur.

Dolores Bulit es periodista, madre de Vito y fundadora de Tierra Fértil, una escuela libre en las afueras de Buenos Aires con 7 años de existencia. Escribe en www.alteredu.com.ar y en Tierra Fertil